23 octubre 2013

Carta abierta de tu lavavajillas

Tengo una carta para ti. Y no soy Isabel Gemio. De hecho, tampoco tengo una carta. ¿Un post en un blog es una carta? El frigorífico me dijo que no. Y que ya nadie lee correo postal. Dijo que  tenía que haber usado un término algo más actual. “¿Por qué no le dices ‘tienes un email’? me preguntó. Lo barajé, pero no sé cuánta gente habría entendido que era una referencia cinéfila. Además, tengo por costumbre no hacerle caso al frigorífico. ¿Tú le has visto? Hace semanas que le cuelgan barbas de cebolla de los cajones de las verduras. No te puedes fiar de un adicto al trabajo y el pobre no para ni de día ni de noche. A mí no me importa algo de trabajo duro -tendrías que verme en la cena de Navidad, deshaciendo grasa de cordero en la vajilla de los días de fiesta-, pero, en mi opinión, hay un tiempo para ponerse a 70º C y fregar y un tiempo para descansar. Para la nevera no; ella no se para nunca y, claro, así le luce.

Pero que no se diga que seré yo quién hable mal de un colega. No soy un ventilador. Yo hago mi trabajo y listo. Me gusta hacerlo y se me da bien. Lo que me lleva al motivo de esta carta.

¿Por qué no me dejas hacerlo?

Te veo ahí todos los días, friega que te friega… ¿para qué? Una cosa es retirar los restos de comida de los platos. Te lo agradezco. Nadie quiere huesos de pollo en su filtro o un cuscurro de pan. Pero, ¿enjabonar los platos? ¿En serio? No solo no hace falta sino -las cosas como son- me hace sentir ligeramente ofendido. ¿Es que crees que no me valgo solo? ¿Y entonces -con el debido respeto- para qué me has comprado?

Solo te pido que lo pienses un poco. ¿Realmente quieres pasar… cuánto, una hora, un par de horas a la semana fregando? ¡Pero si veo que no llegas a todo lo que quieres hacer! El otro día te pasaste dos días de mal humor porque no sacabas un rato para ver la final de Breaking Bad. Además, y créeme que te lo digo con cariño: yo lavo mejor que tú. ¿Sabes a qué temperatura pongo el agua? Entre 60º y 75º C. ¿Te imaginas que se te ocurriera lavar a esa temperatura? Tendría que llevarte a urgencias (no, a Urgencias no). Mira mi eficacia de lavado: no puedes fregar tan bien como yo y, francamente, si pudieras tendría que ser usando muchísima más agua. Los mejores de Fagor no llegamos a los seis litros por lavado. Tú, en el fregadero, gastas unos 30 litros de agua más al día que yo. Si no quieres marearte no saques la cuenta de cuánto es al año (una pista: supera los 10.000 litros).

Si quieres gastar agua y enfadarte con los ecologistas al menos que sea pasando un buen rato. Date un baño.

Ve a un spá.

Pero, en serio, deja de hacer mi trabajo.

No sé si al final de estas cosas se dice atentamente, con cariño o qué. Pero por si acaso, atentamente, con cariño y todo eso.

Tu Lavavajillas


Fuente: tendenciasfagor.com
Imagen: Eleazar



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