21 julio 2014

¿Cómo limpiar tu lavavajillas?



No vamos a comparar la incorporación del lavavajillas a las cocinas con la llegada del hombre a la luna. Teniendo en cuenta a qué nos dedicamos no tendríamos mucha credibilidad. Pero estamos seguros de que ha supuesto en muchas casas una pequeña revolución y un gran paso: ya nadie tiene que levantarse de la mesa cuando los invitados se toman el café para pasar media hora fregando, ahorra agua y evita discusiones sobre quién cocina y quién friega. Cocina quien le toque y friega el que mejor sabe hacerlo: el lavavajillas. Pero te compres el que te compres te interesará, seguro, saber cómo hay que limpiarlo. Tres o cuatro trucos bastan y sobran, no es un electrodoméstico difícil de mantener y, bien limpio, te durará muchos más años.


Lo primero (y lo más fácil) es no manchar: retirar la comida debajo del grifo antes de introducir los platos y dejar la puerta ligeramente abierta después de cada ciclo evita la acumulación de restos y la formación de mohos. Así los tendremos que lavar menos veces. Si además dejamos correr un poco de agua caliente en el fregadero antes de cada ciclo, el lavado comenzará con la temperatura adecuada desde el principio, con lo que mejora su eficacia.

Los restos de comida que queden tras un lavado pueden endurecerse y adherirse con el tiempo. Si utilizamos el lavavajillas con frecuencia él mismo se encargará de mantenerse limpio y tendremos gran parte del trabajo hecho. Para completar la limpieza, existen variedad de productos en el mercado que, en un sólo ciclo, dejarán nuestro electrodoméstico libre de olores y suciedad. Conviene usar estos limpia-lavavajillas, como mucho, una vez al mes.

No obstante, si utilizamos el lavavajillas más bien poco, o queremos realizar una limpieza en profundidad, cuando termine un ciclo completo podemos realizar estos tres pasos:

- Revisamos los orificios de los brazos giratorios y quitamos con un palillo o unos alicates finos los restos que hayan quedado.
- Limpiamos con un paño húmedo o un cepillo pequeño los bordes de la puerta, las uniones y la zona de debajo de la puerta, que suele ser un punto muerto donde se acumula mucha suciedad.
- Por último, para limpiar los depósitos de agua sucia, podemos programar un ciclo normal con el lavavajillas vacío añadiendo uno de los producto de limpieza que se venden para ello.

En caso de que el moho persista y reaparezca cada pocos ciclos lavaremos los bastidores y la bandeja a mano en el fregadero con jabón. También podemos limpiar la goma y cualquier lugar donde veamos moho con una mezcla de vinagre y agua caliente en proporción de uno a cuatro. Una vez lavado el interior, lo enjuagaremos y programaremos dos ciclos vacíos a la máxima temperatura: el primero utilizando sólo blanqueador y el segundo vertiendo una taza de bicarbonato sódico o vinagre en la parte inferior del lavavajillas. Después de esta limpieza el moho y los olores habrán desaparecido.

Si queremos desmontar y limpiar el desagüe, tendremos que desarmarlo. Es importante seguir los siguientes pasos en orden:

- Desenchufar el lavavajillas (la toma suele estar bajo el fregadero)
- Desmontar las piezas y tornillos (¡Guarda las piezas y toma buena nota de en qué posición estaban y en qué orden las has quitado!)
- Tapar con cinta o cartón la abertura del desagüe para que no caigan restos de comida ni otras piezas
- Retirar los residuos que queden con precaución por si hubiese cristales rotos
- Limpiar con cuidado las piezas retiradas y volver a colocar las piezas en su sitio en el orden inverso en el que se desmontaronEnchufar de nuevo el lavavajillas

Siguiendo estos fáciles consejos tendremos nuestro lavavajillas limpio y libre de restos de comida, con lo que sus lavados serán más eficaces y podremos disfrutar del tiempo libre que nos hace ganar este electrodoméstico


Fuente: Blog Fagor


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