Placas de inducción: cómo funcionan

La placa de inducción es una de esas tecnologías que parecen magia. Cuando aparecieron los primeros modelos en el mercado seguro que más de un consumidor, escéptico ante la idea de que se pudiera cocer la comida sin calentar la vitrocerámica pensó “hasta que no lo vea…” (…prefiero vigilar la leche de cerca y ahorrarme frotar).

Las placas de inducción, sin embargo, funcionan y, efectivamente, calientan la comida manteniendo fría la superficie, de manera más eficiente, más controlable y más segura que las vitrocerámicas o las cocinas de gas, por ejemplo. Por supuesto, no es magia, sino una tecnología que lleva años comercializandose. De hecho, fue De Dietrich, marca premium francesa perteneciente al grupo Fagor Electrodomésticos, la primera en introducir la placa de inducción en el mercado en el ya lejano 1978.

¿Cómo funciona la placa de inducción?

Con campos magnéticos inteligentes.

Lo explicamos mejor:

Bajo la capa de cerámica donde ponemos los pucheros y las sartenes, las placas de inducción tienen una tecnología capaz de crear un campo magnético. Este campo magnético induce a su vez un campo eléctrico que genera calor. La tecnología de inducción funciona cuando el recipiente con el contenido de hierro adecuado se coloca sobre la superficie de cocción. Y solo entonces: si no hay cazuela la placa no funciona. Por eso es una tecnología tan segura. El único calor de la superficie de cristal es el que se transfiere de la cazuela. Nada más.

Para explicar gráficamente este fenómeno se suele utilizar a menudo la imagen de una sartén partida por la mitad. Si se casca un huevo encima solo se fríe la mitad de la sartén. El resto, sigue sin cuajar y se desparrama.

Y no vale cualquier recipiente porque…

…porque los recipientes tienen que tener elementos ferromagnéticos que se vean afectados por el campo magnético. Para que la placa de inducción funcione es necesario que el menaje tenga los elementos de hierro justos.

La verdad es que, hoy día y a raíz del éxito de las placas de inducción en el mercado, la gran mayoría de sartenes, ollas, cazos y menaje de cocina que se comercializan están preparados para la inducción. En todo caso, resulta muy fácil distinguirlas porque llevan todas un signo característico: la espiral de la inducción.

¿Quién la inventó?

Como te decíamos, fue una filial de Fagor -De Dietrich- la que introdujo los primeros modelos de placas de inducción en el mercado.

Claro que realmente nadie inventó la inducción. Quien la descubrió o enunció sus principios por primera vez fue un científico británico del siglo XIX: Michael Faraday (1791-1867). Faraday hizo descubrimientos tan notables en el campo del electromagnetismo y la electroquímica que se denomina faradio (F) a la unidad de capacidad eléctrica del Sistema Internacional de Unidades. Si nos lees y veías el programa de televisión La bola de cristal (TVE) cuando eras niño puede que recuerdes la canción de Alaska y los Electroduendes que hablaba de “faradios y culombios”. Bueno, pues un faradio se define como la capacidad de un conductor cargado con una carga de un culombio que adquiere un potencial electrostático de un voltio. Algo sabían de esto los electroduendes que para eso se llamaban así.

Pues bien, Faraday, gracias a una serie de experimentos en los que indujo electricidad a un circuito cerrado, enunció el principio de la inducción electromagnética que se conoce como Ley de Faraday. Viene a decir, en esencia, que todo campo magnético induce una corriente eléctrica.

Por lo tanto, es ciencia y no magia lo que hace posibles las placas de inducción. Si estás pensando en renovar tu cocina, te recomendamos que le eches un vistazo a esta tecnología de cocción, la más eficiente, segura y precisa que se conoce.

Fuente: Blog Fagor

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